Después de experimentar una fuerta caída el día 7 de septiembre, la cotización del bitcoin no sólo no se estabiliza como esta semana recién pasada (escribo el 26 de septiembre) el precio de la criptomoneda con el mayor volumen de capitalización sufrió más un revés después de que el gobierno chino declaró ilegal todo tipo de transacciones en criptomonedas. Pero esto ya se veía venir, no más de un par de meses atrás el país asiático golpeó fuertemente a los mineradores de bitcoin cerrando muchas de sus operaciones en el país asiático lo que provocó una caída en el precio de las criptomonedas.
Así, si el 7 de septiembre el bitcoin alcanzó el valor de 42 mil dólares, exactamente dos semanas después, el 21 de septiembre el cripto activo bajó más aún alcanzando los 39 mil dólares. Esto evidentemente no ha sucedido sin que el gobierno Bukele haya sufrido un fuerte golpe; vale la pena recordar que a comienzos de esta semana Bukele anunció como todo un trader que el país estaba comprando más 150 bitcoins en la baja alcanzando la cifra de 700 bitcoins, un valor aproximado a 50 millones de dólares. Coincidencia o no, cada vez que Bukele anuncia que adquiere bitcoins el mercado se deprime y el precio comienza caer, .
Las repercusione de ese sube y baja en el precio del bitcoin tienen consecuencias directas en la adopción del bitcoin como moneda de curso legal en El Salvador ya que las personas van experimentando en carne propia la volatilidad del bitcoin, y lo que un día es un bono de 30 dólares, el siguiente, ya no lo es. ¿Podría alguien en su sana conciencia subir su salario a la chivo wallet sin saber lo que le espera el siguiente día?
Pero esto tiene también un fuerte impacto en las cuentas públicas; al final de cuentas, en la coyuntura actual, los 30 dólares de ayer ya no tienen el mismo valor y lo que la gente podría haber comprado con 30 dólares 3 días después tiene un valor inferior y así no sólo la gente ve reducido su poder adquisitivo como también el gobierno, delante de esa pérdida de valor, percibe menos tributos. Como ejemplo ilustrativo, si el gobierno invirtió 50 millones de dólares en bitcoins los cuáles la gente usó más tarde para adquirir bienes y servicios, con las recurrentes caídas en la cotización del bitcoin, imaginando un pérdida de 15% en la cotización, los 50 millones de dólares verían su valor reducido a 42.5 millones y así también los impuestos recogidos por el gobierno sufrirían una reducción semejante.
¿Quien gana y quien pierde en esta jugada? Ganan los especuladores que tienen tiempo y dinero para esperar a que el bitcoin recupere su valor; pierde el pobre, que necesita su dinero para comer el siguiente día, y pierde el país como un todo al exponer su bienestar al apetito de la especulación en el mercado de capitales.